La rehabilitación es segura

Todas las obras de rehabilitación deben cumplir la normativa actual en cuanto a la Seguridad en caso de incendio, la cual viene recogida tanto en el en el Código Técnico de Edificación (CTE) como en el Reglamento de Seguridad Contra Incendios (RIPCI). Esto implica que, mediante las obras de rehabilitación en nuestras edificaciones, se elevan las prestaciones de los elementos intervenidos hasta alcanzar prestaciones de cualquier obra nueva.

Tras el incendio ocurrido en Valencia, se ha puesto el foco en los materiales utilizados en las diferentes soluciones de fachadas debido a la rápida propagación del incendio por este elemento de la edificación. Este aspecto, la propagación exterior de los incendios, está recogida en la Sección SI 2 del CTE donde se establecen las condiciones mínimas de reacción al fuego de los materiales, así como condiciones constructivas que deben cumplir las distintas soluciones de fachada.

 

En la actualidad, se utilizan materiales muy diversos como aislamientos térmicos en rehabilitación, presentando prestaciones contra el fuego muy diversas. Algunos de ellos no están clasificados como incombustibles, pero su correcta combinación con materiales que resisten al fuego sin combustión durante más de 30 minutos (clasificación EI30 según norma UNE EN 13501) los convierten en excelentes opciones para la rehabilitación y totalmente seguros. Hay que tener en cuenta que la respuesta media de los bomberos se establece en menos de 10 minutos, pudiendo proteger la propagación del incendio mucho antes de que las soluciones constructivas se vean afectadas.

De la combinación de los diversos materiales y su aplicación en obra surgen los diferentes sistemas constructivos que se utilizan en rehabilitación energética de fachadas. Actualmente, dos son los principales sistemas constructivos, los conocidos como SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior) y fachadas ventiladas. Ambos sistemas constructivos se encuentran recogidos en la normativa antes citada y las principales empresas que comercializan estos sistemas garantizan su cumplimiento mediante la declaración de prestaciones de sus soluciones constructivas.

La principal diferencia entre ambos y objeto de muchos comentarios en la actualidad, se encuentra en que las fachadas ventiladas presentan una cámara de aire abierta por la que circula el aire en sentido ascendente. Esto le confiere unas excelentes prestaciones térmicas pero que, como en el caso de Valencia, lo puede convertir en una chimenea en cuanto a la propagación del fuego. Para erradicar este problema, el CTE establece la necesidad de instalar materiales con bajo grado de reacción al fuego y establecer barreras EI30 entre los diferentes sectores de incendios, eliminando así este efecto en caso de incendio.

 

Podemos concluir pues que no hay materiales buenos o malos, más o menos peligrosos. La correcta utilización de los materiales en cumplimiento de la normativa actual no sólo es no  peligrosa, sino que puede elevar las prestaciones contra incendios de nuestro parque de viviendas convirtiéndolos en hogares más seguros.

Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia
– Financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.